lunes, 3 de mayo de 2010

Írving Penn, el último de su especie



Irving Penn fue alguien tan bueno en lo suyo que, todavía vivo, muchos creían que había muerto. Lo hizo con 92 años. Y pasó de ese modo a la posteridad en la que ya estaba, en el lugar donde los viven los genios al margen de su estado físico. Las fotos de Penn ya eran historia mientras vivía y ya ocupaban un lugar de honor en los espacios dedicados a los grandes maestros, de modo que aunque para el artista ha sido un gran cambio, el último, poco a nada va a variar en la percepción de quienes se aproximen a su obra.

Penn es el último exponente de la fotografia de moda al estilo aristocrático. Fue enviado a Paris por Vogue en 1950 para fotografiar la colección de modas más lujosa de ese momento. Las imágenes parecían bastante simples, pero la representación de la moda se subordinó a la manifestacion del punto de vista personal del fotógrafo.
Irving Penn, como Richard Avedon, operó simultáneamente en otra rama de la fotografía comercial – anunciando – y en sus álbumes publicados él mezcló imágenes hechas por encargo con otras producidas como parte de proyectos más personales. El resultado fue que su tendencia a la fotografía de modas fue influenciada por la ambigüedad crativa que rodea a la fotografia commercial en un determinado momento. La simplicidad evidente de las composiciones de Irving Penn encubre una complejidad formal. Es el resultado de la elegancia particular del contorno del modelo, de la interacción abstracta de líneas y de formas, del espacio vacío y llenado. Irving Penn centro su objetivo deliberado en reinstalar de esa manera la fotografía en la historia de la pintura. “ha sido provechoso, en la orientación,” él escribió, ” pensar en mi, fotógrafo contemporáneo proviniendo directamente de pintores de moda desde siglos a atras”
Si la idea de Irving Penn de la existencia de una categoría ilustrada que implicaba a “pintores de moda” fuera algo inexacta, permitió por lo menos que él tratara su propia actividad comercial con la libertad y la actitud disinteresada del pintor.





Esta evolucion de la fotografía de moda como un simbolo de auto expression artistica llegó a ser particularmente obvio en los años 70. Asistidos grandemente por la inusual apariencia de su modelo preferida (Lisa Fonssagrives, que era también su esposa), Irving Penn considero que cada fotografía deberia parecer como un retrato que interpretara libremente las convenciones de la fotografía ilustrada – hasta tal punto que él hizo poca distinción entre el trabajo en el estudio y lo más experimental de las técnicas de cuarto oscuro y de la impresión fotográfica. Los elementos característicos de la época están generalmente ausentes de sus fotografías. Las presenta contra un contexto de papel normal liso y traducen su opinión de un momento único. En su trabajo, una fotografía simple constituye una visión personal, en la cual el contorno, la gradación de tonos, y los contrastes, se convierten en la marca registrada de una manera de mirar que da la forma al mundo.















No hay comentarios:

Publicar un comentario